historia

La agrupación deportiva Judo Club Zaragoza se creó en el verano de 2008.

Aunque todo comenzó mucho antes…..Javier Rivero allá por el año 1994 comenzaba a trabajar de maestro en el Colegio Misioneras, que a su vez compaginaba con las clases de judo en el mismo centro. Poco a poco el judo fue creciendo, y se tuvo que buscar un lugar para que los niños, tras acabar la etapa de primaria, pudieran seguir practicando su deporte, ese lugar fue el Gimnasio Roma y nacía el Club de Judo Misioneras-Roma. Entre el colegio y el gimnasio se seguía creciendo y creciendo, llegaban los primeros alumnos cinturones negros, las primeras medallas en Campeonatos de España, los éxitos de nuestros equipos…
El colegio cerró y nos trasladamos, al colegio Mª Rosa Molas, sufrimos un cambio de nombre, y nos pasamos a llamar Judo Club Rivero-Roma, era nuestra segunda etapa en la que los éxitos nos han seguido acompañando. Así estuvimos tres años hasta que vimos que estabilizado el colegio, el gimnasio se nos quedaba pequeño y hacía falta algo más, había que tomar una decisión difícil y aventurada.

Junto con Pablo Lambea, uno de sus alumnos de Misioneras, conocedor de la situación del club, ofreció su apoyo para esta nueva aventura. Y así empezó todo, una nueva etapa, la tercera, y un nuevo cambio de nombre “el definitivo” JUDO CLUB ZARAGOZA, surgido de nuestras primeras competiciones en las que íbamos al País Vasco a aprender y a crecer, y en donde siempre nos llamaban: “ZARAGOZA”.

En el verano de 2008 nos independizamos, y en el local de la calle Ramón Salanova, nació la primera sede del club. Fue un verano lleno de bocetos, ideas y proyectos, se nos amontonaron, junto a los quebraderos de cabeza propios de las obras, pues nosotros somos gente de tatami y de aspectos técnicos desconocíamos prácticamente todo: arquitectura, ingeniería, administración, albañilería, fontanería, electricidad. etc. eran palabras mayores para nosotros. Pero allí estuvo la figura de Adela Benito, “alma mater” de este proyecto, Armando Menchaca, Antonio Blasco y Luis Pérez que con sus conocimientos, trabajo y empeño, han cubierto con creces nuestras lagunas, en especial Adela, que dirigió, coordinó, hizo gestiones y también se puso el mono de trabajo.
Nuestra presi nos dejó el pasado 21 de mayo de 2011 tras una larga enfermedad, en su memoria la sala de nuestro local, paso a llevar su nombre.

Tras 10 años de trabajo y evolución, el local de Ramón Salanova se quedó pequeño y tuvimos que cambiar de instalación…y vaya cambio. En el local de la calle Juan XXIII encontramos todos los requisitos. Tras otro verano frenético de obras y gracias al asesoramiento y trabajo de nuestros amigos Alejandro Albaiceta, Alberto Gayarre y Luis Lozano, conseguimos el martes 4 de septiembre de 2018, inaugurar la nueva sede del club.

El camino ha sido largo y muy, muy duro, muchos nos han tachado de locos, de ilusos, pero como dice la canción: “No me llames iluso, por tener una ilusión…” Y yo me pregunto: ¿No estamos locos, cuando venimos a entrenar todos los días? ¿Y cuando nos damos sesiones de competiciones de 5 y 6 horas? ¿Y cuando nos pegamos todo un fin de semana en un Campeonato de España? ¿Y cuando nos tragamos 800 Km. en doce horas para ir a competir a ida y vuelta?

Por Javier Rivero: » Cuando empecé a dar clases de judo, hace ya la friolera de veinte años, siempre tuve un sueño: “Tener una escuela de judo” y digo escuela y no club, porque es en la escuela donde los niños aprenden a formarse como personas íntegras. Y eso es lo que he hecho desde mis principios como educador a través del judo, con mis virtudes y mis defectos, EDUCAR Y FORMAR JÓVENES, para que sean BUENAS personas y excelentes seres humanos. El camino ha sido espinoso y lleno de dificultades, tantas que a veces pensé en tirar la toalla varias veces, pero cada vez que me giraba y veía a todos esos niñ@s… Miraba para adelante.«