LA OPORTUNIDAD DE VOLVER A TRABAJAR
Este fin de semana marcará un antes y después para muchos de nuestros jóvenes JCZ, que debutaron en este tipo de eventos y para los que fue una gran oportunidad de vivir “in situ” todo el trabajo federativo que hay detrás de este tipo de citas, para que nuestro judocas lleguen a alcanzar el máximo rendimiento y tengan la oportunidad de experimentar todo lo que aprenden en el club con judocas de otras entidades de diferentes niveles y pesos.
Como en todos los principios hubieron conclusiones positivas y otras menos.
Empezando por las mejores, destacaremos: el número de inscritos, más de cuarenta JCZ, de lejos los que más participaron, la oportunidad de entrenar fuera del club con muchísimos niños provenientes de todo Aragón, los maravillosos momentos de convivencia, risas, anécdotas y experiencias fuera del tatami, el poder aprender de la mano de excelentes técnicos, muchos de ellos medallistas nacionales y de un alto bagaje competitivo, disfrutar de un entorno de una belleza inusual como Jaca, etc.
De entre las menos positivas señalar la falta de conciencia de muchos de los participantes, sin duda, fruto de su juventud y bisoñez, la falta de tensión e intensidad en los randoris, el uso abusivo del móvil en los momentos de tiempo libre, la falta de habilidades sociales para resolver los conflictos que surgen en momentos determinados dentro del grupo, los deficientes hábitos de higiene antes, durante y después de los entrenamientos esenciales para el cuidado corporal y por último la falta de conciencia del principio de autoridad en momentos y casos concretos.
En resumen, que hubo de todo como no podía ser de otra manera, pero siempre y mirando en positivo, lo mejor es que estuvimos donde tenemos que estar, tenemos un grupo de judocas que quieren implicarse, se halla muy motivado y ya sabemos que la clave del éxito está en trabajar, trabajar, trabajar… Y en la próxima concentración tendremos la oportunidad de volver a trabajar.
