Torneo de Durango

EMPIEZAN A VERSE LOS PROGRESOS.
Llevábamos un tiempo «atascados» con actuaciones por debajo de nuestras posibilidades pero no por ello había cambiado nada de los planes de entrenamiento. Lo tengo muy claro: trabajo, trabajo y trabajo. Y además qué tipo de trabajo y cómo llevarlo acabo, sin prisas, cumpliendo fases. Al margen de la «presión» de unos resultados que ahora no perseguimos porque estamos en etapa de FORMACIÓN y empiezan a verse los progresos con o sin podium.
Dicho esto, nuestros jóvenes representantes estuvieron soberbios. Volví a ver la raza y el coraje de Elián, que tras un primer combate dubitativo que ganó, se dejo la piel en los siguientes ante rivales de gran dureza y envergadura superior, a los que supo plantar cara avanzando varias fases, y dejando el sello Andreu en el tapiz.
En el mismo peso Kevin avanzaba con desquiciante templanza hasta llegar a cuartos, con una buena labor de judo suelo. Decidimos dejar ese tipo de «judo» aun a sabiendas de sacrificar el podium y apostar por el tipo de judo que buscamos en el club, se perdió el combate pero se ganó en confianza.
Dragan, Javier Albero y Daniel Esteras, dieron todo de sí, pero no lograron superar las primeras rondas. Todavía lejos de un buen nivel competitivo, salieron con ganas y a hacer todo lo posible, pero se les vio faltos de recursos, sin duda deben subir su nivel e intensidad de entrenamiento.
Leyre, logró un bronce de mucho mérito y la única medalla para nuestros infantiles. Estuvo valiente, muy fuerte y con mucha intensidad en sus combates. Marcó dos preciosos ippones y por primera vez colgó en el aire a una rival por dos veces, de uchimata. Faltó rematarlos, pero ya está cerca de ello. Lo más difícil ya lo ha logrado. Tenacidad y buen hacer no le faltan a la joven Ros, que apunta muy buenas maneras.
Por la tarde llegó el turno de nuestros cadetes y dos de dos.
Diego estuvo muy bien, supo ganar al único rival de su peso con una buena labor de judo pie y una combinación con suelo excelente, un oro son objeciones. Se atrevió a pegarse con los rivales de 90 a los que plantó cara cediendo por la mínima.
Sergio Ibáñez estuvo SENSACIONAL, rápido en sus acciones, intenso en sus combates, se plantó en «semis» a ipponazos de todos los colores de judo pie y judo suelo. Un error le privó de la final. En la lucha por el bronce supo sobreponerse para vencer con otro rápido ippon. Gran progresión la de Sergio en su primer año cadete, sin duda fruto de su trabajo, tesón y capacidad de sufrimiento.
Nuestra Marea de diez. Con la capitana azul Pili, a la cabeza, Familia Albero, familia Andreu y nuestra encantadora Paqui, tuvimos el calor y apoyo necesarios para no desfallecer y ayudar a nuestros competidores a llegar muy lejos. SE DEJARON OÍR Y VER, en medio del follón. Y cómo no, tuvimos: tortilla de patatas, pechugas empanadas, pimientos verdes, fruta, agua, frutos secos, bebidas isotónicas, glucosas varias, pan para un ejército, cubiertos, tuper, servilletas, guardarropas… Tuvimos lo que sólo J.C.Z. tiene; a nuestra Marea Azul, señor, AZUL. GRACIAAAAAAS!!!!!
Gracias también a Antonio Cantalapiedra que pese a ir con los jufitos, nos ayudó de gran manera con nuestros infantiles.
Sin duda un día inolvidable en su conjunto. Buen ambiente, gran convivencia, buen trabajo y EMPIEZAN A VERSE LOS PROGRESOS.
Tiempo al tiempo.

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