Un año más acudimos a las jornadas Internacionales de judo en Torrelavega que organizan los incombustibles Raúl y Fernando. En esta ocasión acudimos 11 representantes del club, con sensei Claveras a la cabeza, mi inseparable compañero Pablo Lambea, mi gran amigo Alejandro Albaiceta y nuestros Fernando Gómez, Diego Hernández, Iván González, Álvaro y Alberto Gayarre, Daniel y María Murillo. Los encargados de impartirlas en esta ocasión han sido el coreano Kim Jae Bum y el cántabro Ignacio Sanz Paz, dos auténticas figuras del judo internacional y nacional que hicieron las delicias de los allí presentes, sobre todo el coreano que demostró ser una auténtica figura dentro del tatami y encandiló a todos por su judo, simpatía y amabilidad.
Fiel a la tradición, nuestros chicos iniciaban el día con el físico matutino, dirigido por Raúl. Los profesores, tuvimos la oportunidad de aprender y vivir in situ el curso sobre respiración y relajación impartido por el psicólogo y pedagogo Restituto Díez, que nos aportó una serie de pautas básicas al respecto y nos hizo reflexionar sobre el mismo.
El campeón coreano Kim Jae Bum, realizó un trabajo en suelo que me entusiasmó, por su variedad y sencillez en distintas posiciones, boca abajo y entre las piernas para luego acabar en inmovilización, luxación y extrangulación, sin duda un trabajo excepcional.
En pie demostró las bases sobre o uchi gari y seoi nage y su forma de trabajo para desde cualquier posición resolver distintas situaciones.
Sus lecciones de kumi Kata fueron increíbles, no paraba, se le veía cómodo, a gusto y a los profesores nos dio muchas herramienta para trabajar en el club.
En una sola palabra, ESPECTACULAR!!!!!!!!
El otro protagonista fue el judoka cántabro, Ignacio Sanz Paz, varias veces Campeón de España y un auténtico especialista de uchi mata. Pero no sólo trabajó su especialidad, sino que también nos dio un recital de ko uchi gari, tai otoshi, y pese a la lesión que sufrió, supo transmitirnos con gran maestría los detalles básicos de las técnicas. Personalmente, me quedo con las acciones de las manos y su postura a la hora de ejecutar las técnicas y los uchi komis.
Unas jornadas que volvimos a vivir un año más intensamente, en la que mayores y pequeños nos fundimos en un GRAN GRUPO J.C.Z. pasando unos momentos de convivencia, risas y charlas en la habitación, inolvidables en torno a este deporte que tanto nos gusta y une, el judo. Nuestros chicos supieron dar el máximo y entrenaron como auténticos titanes, su esfuerzo generoso y su actitud en los randoris de diez. Cuando nos quisimos dar cuenta el viernes había llegado. La tradicional entrega de diplomas puso el punto y final a unas jornadas, que ya son cita obligada para nosotros y en las que nos sentimos como en casa gracias a la cordialidad y atenciones de los miembros del Club de Judo Torrelavega y lo mejor de todo, como decían mis alumnos es pensar… quién vendrá al año que viene, porque yo quiero volver.