UN BUEN ESTRENO Y … LO MEJOR PUEDE ESTAR POR LLEGAR
El pasado fin de semana nos trasladamos a Valencia con el equipo júnior. Primera prueba del año, con muchas incertidumbres e interrogantes en torno a un equipo que se estrenaba en una categoría que es la antesala del júnior y que se caracteriza por su elevadísimo y exigente nivel. Poco tiempo para entrenar y rápida entrada en escena no suelen ser la mejor combinación, pero aun así sacamos muy buenas conclusiones para orientar el trabajo del año en curso.
La primera, es que el bagaje técnico de nuestros júnior está a la altura de los mejores, tienen recursos suficientes para resolver situaciones y además con un alto nivel técnico, ya no sólo para ganar de waza ari, sino para marcar ippones directos.
La segunda, es que el trabajo de newaza es muy bueno y que el encadenamiento pie-suelo es bueno y además con conceptos claros tanto para defender como para atacar.
La tercera, es que la una de las diferencias es en el plano físico, nuestros júnior están por “acabar de hacer” y ahí el paso de los años futuros, el trabajo físico y el asentamiento de su evolución biológica y en la categoría, deben completar esa carencia que a día de hoy puede marcar la diferencia de disputar las medallas o quedarse en cuartos.
La cuarta, es que en algún caso concreto faltan horas de entrenamiento y definición de un peso estable. Habrá que dar tiempo al tiempo, acumular horas de tatami y tomar decisiones sobre en qué peso competir, en vistas a medio plazo.
La quinta, es que en otro caso concreto, hay muchas horas de entrenamiento pero hay que optimizar e intensificar las mismas. Capacidad y nivel atesora, por lo que habrá que tomar decisiones importantes en los entrenamientos y la determinación y el tiempo, pues ese es fundamental en judo, harán el resto.
Cinco conclusiones que no pueden empañar un buen estreno, que visto lo visto nos animan a seguir trabajando convencidos de que lo mejor puede estar por llegar.